Foto noticia 2 b

PANDEMIA DE CORONAVIRUS, UNA OPORTUNIDAD PARA LA EFICACIA COLECTIVA

La eficacia colectiva, el Psicólogo Albert Bandura la define como «la creencia común de un grupo en sus capacidades conjuntas para organizar y ejecutar los cursos de acción requeridos para producir logros». La creencia común de la gente en su poder colectivo para producir resultados deseados es crucial para resolver problemas colectivos como, por ejemplo: el cambio climático o el fin de la pobreza, dos de los principales objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas. Este atributo es también indispensable para enfrentar el problema global del año 2020 “la emergencia mundial por el COVID-19”.

Se espera que una alta eficacia colectiva imponga normas sociales y culturales, por su lado, una baja eficacia colectiva disminuye la autoeficacia personal a fin de inhibir la acción. La autoeficacia individual y la eficacia colectiva están estrechamente interconectadas e inciden directamente en la percepción de factibilidad, es decir, en que medida las personas se sienten capaces de ayudar a controlar la situación.

La eficacia colectiva, nos obliga en este tiempo a tirar todos en la misma dirección para lograr progreso; contribuir colectivamente para resolver el problema; y, aportar ideas creativas para afrontar la situación de emergencia mundial de manera efectiva, incluso si las condiciones externas son desfavorables.

La acción colectiva en este momento es lo único que permitirá una reacción efectiva al coronavirus, mientras que varios líderes mundiales no reconozcan esta premisa la falta de acciones coordinadas retardará la victoria sobre el virus.

En el pasado de nuestra historia, ha habido respuestas coordinadas en tiempos que se requirieron, un ejemplo fue el Plan Marshall después de la segunda guerra mundial, o recientemente la respuesta a la crisis financiera global del 2008-2009.

No es tiempo para que los países, acojan el refrán popular de “sálvense quien pueda” acaparando embarques de mascarillas y ventiladores, destinados a otros países. No es tiempo tampoco para que una persona que haya sido contacto directo de una persona con el virus, transite alegremente por las calles. El llamado a la acción colectiva para derrotar el virus es un llamado de responsabilidad, compromiso y por la vida.

Los adultos jóvenes de hoy («millennials» o «Generación Y») son vistos como más conscientes socialmente que las generaciones anteriores, valores como la solidaridad y la contribución para mejorar el bienestar en la sociedad están en su ADN, por lo que, atributos como la eficacia colectiva, permitirán aún más a influenciarlos e inspirarlos hacia un comportamiento más solidario.

Si algo hemos aprendido de la historia es que el campo futuro debe ser guiado por el multilateralismo y menos respuestas nacionalistas, más solidaridad en el conjunto de las naciones y de las sociedades, soluciones colectivas a retos comunes, y adoptar nacional y globalmente acciones colectivas para afrontar los principales desafíos económicos, ambientales, geopolíticos, sociales y tecnológicos del siglo XXI.

Los futuros retos como la posibilidad de otra pandemia, la escasez del agua, los ciberataques, el creciente daño del cambio climático y la ola de nuevas migraciones, así lo demandarán.

Por Armando Espino

Director Ejecutivo FUDIS.

Young business woman using phone at the office

Un APP basado en retos y propuestas: ¡acepta el desafío!

ODS Research & Action, es un APP que fomenta la cultura de investigación abierta a través de competencias basadas en retos, incentivando a que diferentes grupos de interés (estudiantes, empresario, académicos, investigadores y ciudadanos preocupados) tomen las riendas sobre los problemas de las sociedad y sectores productivos. Desde la curiosidad y el análisis de la realidad que les rodea, se busca que el usuario del APP busque solución a un problema concreto de su entorno.

La humanidad, hoy día, se enfrenta a tres grandes retos generacionales vinculados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): poner fin a la pobreza, reducir las desigualdades y hacerle frente al cambio climático, los cuales se traducen a su vez en miles de pequeños retos o desafíos, que se se amplian en duración y complejidad.

El método que aplicamos a la resolución de problemas se basa en el Challenge Base Learning (CBL) o Aprendizaje Basado en Retos (APR), que supone la resolución de un problema real mediante una acción concreta (no se trata por tanto de un problema diseñado para un aula), la identificación de retos se puede relacionar posteriormente fácilmente a aprendizaje basado en proyectos, en este caso, el APP invita a los usuarios a generar propuestas que sirvan de base para desarrollar investigaciones o contribuir a desarrollar oportunidades empresariales.

Como paso inicial para resolver problemas, te invitamos a identificar retos/generar propuestas, el proceso que debes seguir se distingue por estos sencillos pasos:

· Decide sobre el tema. Plantea un tema genérico que pueda ser investigado desde diversos puntos de vista, que resulte atractivo y que suponga un reto social, económico o ambiental. Como ejemplos podríamos nombrar la inmigración, el teletrabajo o la conservación de los bosques.

· Lluvia de ideas (Brainstorming) y formulación de preguntas. Una vez se haya escogido el tema, reflexiona y formular preguntas en forma de lluvia de ideas, para llegar a una pregunta troncal que deberá ser reflejo de tu interés y de las posibles necesidades de de la sociedad o de un sector productivo. De ahí surge el reto o desafío para el cual se requerirá una solución.

· Identifica un título para tu reto: Piensa en un nombre para el reto, recuerda debe ser lo suficientemente atractivo, esto permitirá invitar a la comunidad científica e innovadora a afrontar tu desafío.

· Genera una propuesta: Formula una propuesta de investigación, con el fin de generar conocimiento con aplicación directa al problema identificado.

Identificar un problema digno de resolver no es tarea fácil, mucho menos lo es generar conocimiento para la búsqueda de una solución. Pero, en una sociedad en la que muchos caminamos por la calle con la cabeza metida en nuestros móviles, mirar a los lados y descubrir que hay temas importantes por resolver es fundamental y necesario para construir una sociedad más solidaria, equitativa y sostenible.

Aportar a la sociedad a través de la identificación de problemas (aunque pensemos sean pequeños) en la buena dirección pueden marcar la diferencia para mejorar nuestro entorno, a continuación ofrezco varios ejemplos, sólo para mostrar la urgencia en identificar retos y reflexionar sobre potenciales soluciones:

· Prevención de obesidad: ¿cómo prevenir la obesidad en etapa escolar?.

· Innovación tecnológica para adultos mayores: ¿cómo ayudar a adultos mayores con movilidad reducida a la inserción laboral?

· Inclusión de grupos vulnerables: ¿cómo contribuir a una mejor calidad de vida de personas cuyas condiciones físicas, cognitivas, étnicas y/o culturales las pongan en situación de desventaja, exclusión o discriminación frente a su entorno, comunidad o sociedad?

· Disminución de desechos: ¿cómó impulsar el consumo y producción responsable que impacte directamente en la disminución de desechos, promoviendo la economía circular?

· Living like a local: ¿cómo facilitamos experiencias turísticas auténticas (turismo rural) en nuestro país?

· Método de reproducción para café de bajura: ¿qué método es más recomendable para obtener plantas con características similares, tomando en cuenta que el café robusta es una planta de polinización cruzada, donde las plantas producidas por semilla (método más usado) sólo mantienen el 50% de las características de la planta madre?

Por,

Armando Espino

Director Ejecutivo fudis.

How think tanks in developing countries can embrace technological change

How think tanks in developing countries can embrace technological change

Panama’s National Secretariat of Science, Technology and Innovation

Think tanks are a special kind of organization that aim to produce knowledge to transform society. Knowledge is a public good – like health and clean air – that can be produced in science labs, classrooms, grassroots organizations or businesses. Although knowledge is perceived as abstract and intangible, it is ever present. Only with knowledge it is possible to use water streams to produce electricity or to learn about the human body to treat and prevent diseases or to understand how societies were in the past, how they work today, and how they could be in the future.
Think tanks work with society to understand these socioeconomic processes, as well as the culture, values and public policies that sustain them. And when these processes have a negative impact on development, think tanks produce new knowledge, gather the best evidence available, and work with different actors to foster change.
The role that think tanks play in fostering change is key but is often neglected in science and technology systems: they link knowledge, policy and society. For this reason, Panama’s National Secretariat of Science, Technology and Innovation (SENACYT) is supporting organizational change in local think tanks.
Nonetheless, think tanks are not alone in their endeavor. Think tanks operate in specific contexts and respond to diverse social demands. For example, think tanks in developing countries face challenges like weak political institutions, public policies that often lack a comprehensive outlook, underfunded science and technology systems, and low public support for local knowledge and technology production.
Technological change too shapes the challenges think tanks face, as well as opportunities to respond to them.
In Panama, CIEdu, a research-based education policy think tank, and CIHH, an engineering-based water policy think tank, have revamped their web presence in order to reach new audiences online. Furthermore, FUDIS, a local NGO that links community-based organizations with international best practices, and CIRN, a multidisciplinary research center that focuses on sustainable development, are creating digital platforms to link citizens and scientists. New technologies are changing how think tanks interact with their constituents, and how they produce and manage new knowledge.
Technological change is also influencing socioeconomic processes. New technologies, like artificial intelligence, 3D printing and the Internet of Things, are changing how goods and services are produced, distributed and consumed.
Moreover, rapid technological change is also shaping how students learn, citizens vote, or doctors heal. Indeed, new technologies are triggering deep cultural changes.
Accordingly, research agendas should be flexible enough to respond to short term demands but strategic enough to anticipate issues and unearth important trends.
Think tanks should question if they can strike this balance.
On the other hand, funders should also question how think tanks are evaluated and funded. Knowledge producers and brokers should be evaluated on their contribution to long-term outcomes not only on their short-term outputs. And funding should be provided accordingly.
Of course, this is more easily said than done. However, these are exactly the challenges that technological change is inducing. I believe that think tanks can embrace technological change by highlighting these contradictions in current funding practices and leading the charge in thinking about the future, with a foot in the present.

BY
GIANCARLO ROACH RIVAS
Economist